Contrariamente a la creencia popular, el agua en sí no hace perder peso. Ahora bien, puede ser una aliada en tu objetivo de pérdida de peso. Consumida regularmente a lo largo del día, ayuda a llenar el estómago y envía un mensaje de saciedad al cerebro. Así, bebiendo pequeñas cantidades durante todo el día, evitarás picar entre comidas. Otro consejo: consume un gran vaso de agua antes de cada comida y disminuirás las cantidades necesarias para lograr llenar el estómago y saciar el apetito. Para lograr mantener este objetivo de consumo regular de agua, es importante facilitarte la tarea y disponer de pequeñas botellas en cada una de tus habitaciones e incluso en tu lugar de trabajo. Así, cada vez que sientas ganas de ceder, bebe unos tragos de agua para calmar las ansias de comer. Siguiendo este consejo estarás bien hidratado(a) y permitirás que tu cuerpo se beneficie de un drenaje completo del organismo.
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